La Audiencia en Vigo ha absuelto por tercera vez a la funcionaria del Sergas que prestaba servicio en Admisiones de un hospital de Vigo y que estaba acusada de espiar el historial médico de su hija entre el 2012 y el 2014. El tribunal concluye que existía un consentimiento tácito y nunca revocado que su hija le había concedido tiempo atrás a la madre para consultar su historia clínica en la base de datos del Sergas, como hacía con los hermanos de la denunciante, quienes explicaron que estas consultas eran habituales y con total confianza. Además, la sala considera que el testimonio de la hija estaba repleto de inexactitudes e imprecisiones. 

La Fiscalía y la acusación particular de la hija pedía cárcel para la madre por un delito de revelación de secretos pero la empleada ya ha sido absuelta tres veces por la misma sala, la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. La acusada ha tenido que pasar por tres juicios porque el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia revocó sus anteriores absoluciones. Aunque se llegó a hablar de cien accesos indebidos, la sala dice que el número es irrelevante porque la hija nunca revocó su consentimiento.

Calvario judicial

Los abogados María Cristina Cores y Antonio Salceda, que defendieron a la funcionaria del Sergas, recuerdan el largo camino para llegar a la tercera absolución. En marzo del 2019, fue absuelta por la Audiencia pero en octubre el TSXG anuló la sentencia y ordenó repetir el juicio.  Una nueva sentencia de abril del 2021 volvió a absolver a la oficinista. En julio del 2021, el TSXG ordena repetir el juicio por indicar que la sentencia de la Audiencia vulneró la distribución de la carga de la prueba. Hubo que esperar hasta finales de mayo del 2022 para la tercera absolución.

 Cores y Salceda resaltan que la sentencia declara como hechos probados, que durante casi dos años el número de accesos al historial clínico fue de 25, frente a los 68 que indicaban los escritos de la acusación pública y privada. Recalcan que los accesos fueron realizados con el consentimiento tácito de su hija, y esta no lo retiró ni le prohibió el acceso.

Los mismos letrados subrayan que madre e hija tuvieron una relación disarmónica pero no quiere decir que no tuvieran relación y confirma lo complicada de la relación de la madre con su hija. Detrás ven manifestaciones «poco creíbles» vestidas por su hija. Añaden que la propia hija afirmó de manera taxativa que nunca le dijo a su madre que dejase de acceder a su historia clínica, añadiendo que quien se lo tenía que decir era el Sergas.

«Es un orgullo para este bufete ayudar a una persona que viene sufriendo una acusación de esta naturaleza, tan dolorosa, con una situación procesal y personal muy dura y una querella interpuesta en el año 2017, que suponen cinco años de proceso y someterse a tres juicios», indican María Cristina Cores y Antonio Salceda.

FUENTE: La Voz de Galicia

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